El equipo directivo del instituto de enseñanza media, “Viera y Clavijo”, formado por Rosa María Martínez Conde, más tarde, Secretaria General Técnica de la Consejería de Educación, a la que no le gustaba, con toda la razón, la denominación de enseñanza secundaria, que finalmente se impondría; José Conrado González García, el gran compañero de la acción y el entusiasmo, que más tarde se trasladaría definitivamente a la Universidad de La Laguna; Oswaldo Izquierdo Dorta, luego director del centro e inspector de educación; Manuel Tévar Gómez, que había sustituido, a Teodomiro Moreno Jiménez, el que después sería Director Territorial de Educación de S/C de Tenerife y Director General de Centros en noviembre de 1991, y el que subscribe, Manuel de Los Reyes Hernández Sánchez, con el afán de cumplir el programa que se había propuesto y, ante la carencia de recursos, especialmente los materiales, multiplica sus actuaciones, con el fin de lograr la mejora general del centro. Uno de los proyectos que contaba con más ilusión era el acondicionamiento de un terrero de lucha canaria por la afición de algunos miembros, el interés de un significado grupo de alumnos y la búsqueda de la identidad canaria tan propia del momento.
A principios de enero de 1983 se encarga al profesor y destacado líder sindical de FETE-UGT, Antonio Ara González, las gestiones para una entrevista con el alcalde de La Laguna a fin de conseguir su colaboración con el centro. No se sabía muy bien entonces si Antonio Ara era FETE o FETE era Antonio Ara, pues apenas se vislumbraba la procesión de los afiliados que tardaría en llegar algún tiempo. Antonio era una persona afectuosa, batallador y constante, con un lenguaje directo que a veces motivaba alguna protesta en los alumnos, acostumbrados a un habla más dulce. Las escasas incidencias se resolvieron siempre con gran facilidad, porque, por encima de todo, el destacado líder sindical era una persona de gran corazón y de eso murió. El día 12 de enero, después de entregar la circular número uno al profesorado, visitamos, en el Ayuntamiento de La Laguna, al alcalde Pedro González y al concejal Leandro Trujillo, que también fue profesor tanto en el instituto “Canarias” como en el “Viera y Clavijo”. En la reunión que se mantenía, nos dimos cuenta, desde el primer momento, que no había posibilidad de conseguir ayuda económica, en roman paladino, el más mínimo dinero, pero comprobamos cierta disponibilidad para otro tipo de colaboraciones, actividades, materiales e incluso operarios. Para no alargar la conversación el alcalde bajó a lo concreto e interrogó sobre nuestras necesidades y entonces se planteó el tema del terrero y del acondicionamiento de patios y jardines y surgió la luz. El ayuntamiento prestaría una pala mecánica con su operario, que estaba siendo utilizada en el que sería cementerio de “San Luis”, para en dos o tres días realizar los arreglos señalados. Los tiempos que corrían por entonces marcaron los acontecimientos e incidían de especial manera en los centros educativos cuyos claustros se transformaban en pequeños parlamentos, haciendo el equipo directivo de gobierno y un sector del profesorado de oposición. En una lamentable confusión, algunos profesores implicaban a los alumnos menores de edad en lo que se entendía como una legítima lucha política sin tener el más mínimo reparo respecto a la neutralidad ideológica, declarada por el Tribunal Constitucional, y lo que es peor, coordinando acciones partidistas con grupos determinados que por suerte para la mayoría de profesores que no compartíamos esos modos y maneras y que queríamos trabajar, eran pocos y estaban aislados, aunque muy radicalizados. Hoy hay que examinar estas acciones dentro de ese contexto de transformación política del país y asentamiento de la democracia, en la que, unos más y otros menos, casi todos cometimos errores. Por ello es acertado dar más relevancia a lo que se hizo bien que a actuaciones equivocadas e intranscendentes, en el que el cuestionamiento de todo y la revuelta querían imponerse como lo normal sin especial maldad, aunque a veces se diera el salto de la crítica y la ofensa a la injuria al carecer, los menores de edad, de los límites que, al menos formalmente, mantenían los mayores. En ese contexto unos alumnos colocan, el día 13 de enero, un cartel sobre el instituto y su parecido con la cárcel de Carabanchel. El instituto marcha con normalidad y el día 17 del mismo mes se organiza un campeonato de ajedrez y otro de damas. Mi entusiasmo por estos juegos, en los que mi padre, maestro en ajedrez y campeón en las damas “al pierde”, Manuel Hernández Perera me había iniciado con cuatro años, encuentra un apoyo fundamental en la profesora Inés Márquez Rodríguez que, además de su eficiencia en las clases, y su apoyo a los juegos educativos, entusiasma a los alumnos con la guitara y el canto en múltiples actividades con las que queríamos fomentar la convivencia y completar una enseñanza de calidad. Se organiza la semana de Santo Tomás, patrón de las enseñanzas de bachillerato, con diversas actividades y conforme al programa previo de celebraciones de actos académicos y actividades complementarias y extraescolares, durante seis días seguidos, pues los sábados, aunque habían dejado de ser lectivos, contaban en ocasiones. Fuimos pioneros en las semanas culturales a lo largo del curso, con gran protagonismo de la destacada profesora. Inés Márquez reunía tres cualidades que marcan la excelencia en una profesora. En primer lugar, una gran cualificación profesional y pedagógica que encantaba a los alumnos. Licenciada en Ciencias Exactas, fue vicepresidenta de la Sociedad Isaac Newton de profesores de Matemáticas. En segundo lugar, a Inés Márquez le encantaba una enseñanza más innovadora, y en ella las actividades complementarias y extraescolares, la música y la didáctica de la misma, contagiando con su guitarra a profesores y alumnos. Con su iniciativa se formó la tuna del instituto. Por último, Inés reunía una cualidad esencial para la convivencia, la empatía. Su cordialidad facilitaba la gran labor docente. El 19 de enero se realiza una visita cultural de los alumnos de COU “C” y “D” al Centro de Astrofísica en Izaña, acompañados por los profesores Pedro Esparza Barroso, entrañable compañero fallecido hace unos meses, María Rosa Morales Pérez y María del Carmen Villena Balta, y al día siguiente una excursión cultural y deportiva a La Orotava que coordino con la profesora Rosa María Martínez Conde, visitando el ayuntamiento, la iglesia de La Concepción y el cementerio. La pala mecánica continua en el centro trabajando con el operario encargado a cuenta del ayuntamiento de La Laguna con tan mala suerte que el día 21 del corriente mes partió uno de los caños de agua, creando el consiguiente problema. No porque yo estuviera desconcentrado por la incidencia del tubo de agua, sino porque Fernando Cómez Delgado era un gran jugador, perdí ese día la primera partida del campeonato de ajedrez. El día 22, Eliseo de Tacoronte consigue arreglar la cañería y el 24 se publica la Hoja Informativa número 3. El equipo directivo había decidido diferenciar los temas normativos que se contemplarían en las circulares, de los comunicados sobre los diferentes aspectos de la actividad académica y asuntos relacionados que se harían a través de las hojas informativas. El día 25 se realiza la exposición de chistes y colorines y se celebra un partido de futbol sala entre profesores y alumnos con triunfo de estos últimos por un abultado tanteo. El día 26 se convoca el concurso de trabajo científico para los alumnos con temas como la “problemática actual de la energía”, “el origen del universo”, “por qué vuela un avión”, etc. El día 27 se celebra un encuentro de baloncesto entre los alumnos del instituto y los del centro de enseñanza media de La Orotava y tiene lugar una actuación de la tuna del instituto. Contar con personas como don Antonio Ramírez Medina, presidente del APA es fundamental para el éxito de las actividades, y con una larga charla el día 29 crece el ánimo, al tiempo que se consigue tener el aula de audiovisuales prácticamente preparada. El día 1 me desplazo a Madrid para participar en el concurso-oposición de Catedráticos Nacionales de Bachillerato en la especialidad de Geografía e Historia. De regreso al centro participo en las diferentes actividades que no siempre se desarrollan con el orden y disciplina necesarios. El día 9 de febrero el equipo directivo decide suspender el campeonato de ajedrez al haber desaparecido diferentes tableros y piezas. El 10 de febrero se realiza una excursión de los grupos “1º E” y “1º G” al Barranco del Infierno y a la playa de Las Américas. En el centro se termina de pintar la cancha de tenis que había sido testigo del entusiasmo y la afición deportiva en varios profesores, aunque no estuviera en muy buenas condiciones. Pensé en esos momentos en los gratos ratos de asueto y en aquellos partidos de tenis con la profesora Chiara Salomone Menegatti a la que le hubiera gustado disfrutar las pistas acondicionadas. Chiara había demostrado a su llegada al centro un enorme entusiasmo por la educación en la que consideraba muy importante las actividades culturales y el deporte y había colaborado en la lucha por la mejora del centro, hasta septiembre de 1980 en que se trasladó al instituto de bachillerato de San Benito. Años después colaboraría en la Consejería de Educación, formando parte del equipo de asesoramiento para la reforma educativa, siendo viceconsejero José Carlos Guerra y consejero Luis Balbuena Castellano, que marcarían por sus categorías profesionales, cualificación y acierto una de las más brillantes épocas de la Consejería de Educación en Canarias. Chiara Salomone Menegatti, además de dominar cuatro idiomas, el inglés por ser profesora de tal materia, habiendo aprobado el mismo año las oposiciones de Agregado y de Catedrático de Inglés, algo excepcional, muestra de su gran preparación, italiano, la lengua de su hogar, francés, muestra de su afán de aprendizaje. También era Chiara una excelente profesora, una gran profesional con éxito en sus alumnos y reconocimiento de sus compañeros, tanto en la enseñanza media como en la universitaria. El centro “Viera y Clavijo” contaba el año 1983, además de los descritos, con grandes profesores, algunos de los cuales, por otra parte, eran profesores de la Universidad de La Laguna o lo habían sido, o lo serían más tarde, tales como, Pepín, Jacobo o Conrado, antes citado, tres nombres para el mismo compañero, también con la triple cualidad de la excelencia, Miguel Martinón Cejas, Catedrático de Lengua Castellana y Literatura, Fernando Martín Galán, Catedrático de Geografía e Historia, Leoncio Afonso Pérez, Catedrático de Geografía e Historia y auténtico creador de los estudios de Geografía en la Universidad de La Laguna, Jorge Coderch Santonja, Catedrático de Física y Química, al que había conocido cuando era director en el instituto de bachillerato de S/C de La Palma, o de otras universidades como Pedro Saavedra Santana, al que habría que añadir a Fernando Cómez Delgado, Mercedes Coderch Figueroa y muchos más, que marcaron, sin duda alguna, una época dorada del instituto. El 11 de febrero los alumnos de COU organizan en el salón de actos un programa de representación denominado “Un, dos, tres”, en el marco de múltiples actividades que se suceden semana tras semana, impulsadas por un cuadro de profesores de gran profesionalidad y ganas de innovar y motivar al alumnado en un nuevo marco político que favorecía una mayor autonomía del centro y la experimentación e innovación educativa, así como las actividades complementarias y las actividades extraescolares. El 17 de febrero los alumnos de “3º C” visitan el Museo de Ciencias Naturales con el profesor Melchor Núñez Pérez, y el día 18 el inspector jefe de bachillerato visita el centro, realizándose un recorrido por las instalaciones del centro y examinándose las mismas, entre otras actuaciones académicas. Melchor Núñez compatibilizaba en esos momentos la enseñanza con la acción política para después dedicarse plenamente a ella y ser, durante unos años, un destacado líder socialista. Su hermano mayor Rafael era compañero y muy amigo de Pedro Esparza. Los dos discutían confrontaban su visión de la educación y la política con frecuencia, pero siempre nos dieron una gran lección del respeto mutuo y aprecio desde posiciones ideológicas contrapuestas, en aquellos momentos de gran tensión y enfrentamientos de todo tipo que muchas veces terminaban afectando a las relaciones personales. El día 22 de febrero el excelente y cumplidor profesor Luis Balbuena Castellano deja de impartir clases en el centro al ser nombrado director provincial de educación y viaja a Madrid. El día 24 se celebra un partido de voleibol con la Universidad Laboral con triunfo del instituto “Viera y Clavijo” y al día siguiente se celebra un almuerzo de hermandad con el reciente nombrado director provincial de educación, Luis Balbuena Castellano con asistencia de 36 profesores. El gran profesor da así su primer paso para alcanzar luego la titularidad de la Consejería de Educación y dejar una gran estela con alabanzas del sector más crítico y extremista, eso sí, después de su cese y de haberle atacado en ocasiones con acritud a pesar de su mano tendida y tolerancia. El apoyo de la mayoría de los profesores retrató en el instituto a quienes, desde el primer momento, no querían ver su camino con agrado. Luis Balbuena Castellano terminaría teniendo el reconocimiento general y fue siempre un orgullo para el instituto “Viera y Clavijo”, ya que, a diferencia de casi todos los demás políticos, cuando abandonan los cargos, no buscó ninguna prebenda o capellanía. Poco después de su cese se incorporó a su instituto en el puesto base. Luis volvió para dar clases, especialmente con alumnos que más lo necesitaban, aquellos que mejor han hablado de un profesor. El Día 28 comienzan un cursillo de defensa personal con el profesor José Fulgencio López y se publica la hoja informativa nº 4. Y todo esto, a cuenta de qué. Todas estas actividades se realizan mientras sigue el desarrollo del curso académico 1982/83 con sus clases, sin incidencias de relieve, y un general cumplimiento del profesorado y mientras tanto la pala mecánica no ha parado de trabajar y ya tenemos el gran terrero de lucha canaria y todo el recinto acondicionado en lo que con la misma se podía hacer. El 7 de marzo la alegría fue grande. A media mañana, contentos con las obras realizadas y las mejoras que estábamos consiguiendo para el centro y, particularmente, para su recinto escolar, recibimos una llamada del ayuntamiento en tono nervioso, preguntando por la pala mecánica que no localizaban en el cementerio. Con voces de fondo más que alteradas nos pidieron explicaciones para que les dijéramos a donde habíamos enviado la pala y al decir que estaba allí las palabras fueron desplazadas. Disimulamos todo lo que pudimos, culpamos a la confusión del yerro, nos disculpamos una y otra vez y prometimos enviar la pala no en horas, sino en segundos al cementerio. Cuando el teléfono estuvo cerrado, dimos gracias a la denostada burocracia que, en este caso, había prestado un gran servicio a la docencia. No faltaron, luego, más tranquilos, nuevas disculpas y agradecimientos por lo ocurrido. Quedará grabado para siempre que los responsables del ayuntamiento, gracias a la burocracia, se habían olvidado de los dos días de pala que se transformaron en dos meses. Disculpas por aquí, disculpas por allá, confusión condenada como verdadera causante, y todo salvado, gracias especialmente, a que, por otra parte, encargamos al miembro del equipo con el mejor dominio de la palabra y las buenas maneras para calmar los ánimos, pues no es lo mismo dos días que dos meses. Bendita confusión y gratitud al compañero Oswaldo Izquierdo Dorta por su acertada intervención. El terrero de lucha canaria quedó para la posteridad y allí está sin que el instituto se gastara un duro. Equipo directivo, conserjes y personal de limpieza actuamos de operarios sin estar dados de alta en la Seguridad Social como tales ayudando al albañil de San Lázaro. Aquel equipo directivo no hubiera hecho lo mismo de no contar con la colaboración de ese otro equipo con don Pablo a la cabeza, acompañado por Chicha, Marina, Eduviges, entre otros, que trabajaron codo a codo sin más premio que unos bocadillos y dos botellas grandes de coca cola. La importancia de un buen conserje en un centro educativo no siempre es justamente valorada. El buen nombre del director y directora en mis seis años como jefe de estudios, encerró en su mérito, sin duda alguna, muchos nombres y, en ellos el de determinados conserjes. Don Pablo, tratamiento que conseguí generalizar, por la marcada diferencia de años, al no agradar a un joven como yo que se le estuviera llamando a cada momento, con Pablo: mira esto, Pablo: haz eso, lo uno y lo otro, residía en la vivienda del instituto y se encargaba de su vigilancia. Hombre fuerte, sereno y discreto tenía la fidelidad como base de cualquier otra cualidad y jugó un papel importantísimo para mantener el orden y la disciplina en el centro, base para la convivencia, pues en aquellos momentos de confusión en los que la protesta y la rebeldía adquiría la categoría de virtud y se considera lo normal, fuera lo que fuera lo que se hiciera desde cualquier cargo como la jefatura de estudios, la palabra disciplina se había convertido en un tabú. Para redactar unas mínimas normas o reglas como reglamento de régimen interior fue necesario cuidar en extremo los términos para buscar la palabra apropiada, de ahí que se borrara la palabra disciplina para sustituirla por la de convivencia. De ello puede dar testimonio el entonces brillante alumno Francisco Moreno González, actualmente, Administrador único de RTVC, representante de tal sector en el denominado consejo asesor, que posteriormente daría paso al consejo escolar, denominación que llega hasta nuestros días. La fortaleza de don Pablo iba acompañada de un gran valor y llegó a hacer frente a todo un equipo de jóvenes ajenos al centro que saltando los muros jugaban en las canchas con el argumento de que había libertad. De forma respetuosa, como hacía siempre, con un tono más bien bajo, les indicó que deberían abandonar las instalaciones y que allí no podían disputar ningún partido, pero entre sus virtudes no estaba la de repetir las órdenes, aunque podía hacerlo una vez. Admitía las observaciones y cierto grado de protestas con mucha paciencia, hasta el límite marcado por el “porqué”. Ahí estaba su frontera y si decía que se marcharan, tenían que irse, pues él ejecutaba órdenes y sus palabras se habían agotado, todo menos que le preguntaran: ¿por qué? Crecidos por el número intentaron acosarle y él, doblando el brazo al primero que le atacó con una gran navaja, provocó la huida del resto haciendo innecesario llamar a la policía, lo que por algunos no era bien visto ni en estos casos. Esta y otras actuaciones fueron conocidas dentro y fuera del instituto y así cuando aparecía don Pablo desaparecían los problemas de inseguridad. Estos son los hechos y esta es tan solo una de las anécdotas. No entramos aquí en sus valoraciones. Quedan en el tintero otros muchos relatos que aspiran a ver la luz como “la pala del ayuntamiento”, pero ahora toca acabar aquí no sin resaltar que fue don Jorge Coderch Santonja el que consiguió ampliar el espacio donde hoy están las canchas para que el muro exterior, próximo a la actual rotonda, ganara unos metros mediante las gestiones de alicantino a alicantino con el ingeniero de caminos responsable en aquellos momentos en Obras Públicas. El equipo directivo marcó la continuidad de una etapa iniciada con el laureado profesor Leoncio Afonso Pérez, que había dimitido en el marco de las tensiones creadas en el centro, y consideró siempre a don Jorge Coderch Santonja, que había sido el vicedirector, como el director que no quiso ser para dar paso a la nueva generación. Ejemplo que no se debe perder y mucho menos, desconocer. Y todo esto por recordar un terrero y una pala. La pala se fue. La lucha canaria quedó Manuel de Los Reyes Hernández Sánchez, 6 de abril de 2020.
10 Comentarios
Oswaldo Izquierdo Dorta
10/4/2020 12:02:40 am
Esa es la historia y nadie mejor que tú para contarla.
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Manuel de los Reyes
10/4/2020 08:36:59 am
Muchas gracias por el comentario a uno de los protagonistas que con su acertada actuación logró un importante avance para el instituto. Salud y suerte.
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10/4/2020 01:09:49 am
Buenas noches Manolo:
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Manuel de los Reyes
10/4/2020 08:33:02 am
Muchas gracias y saludos al excelente escritor. Salud y suerte.
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Celestino Celso Hernandez
10/4/2020 08:52:28 am
Recordar es de alguna manera volver a vivir. Y esa es una de las sensaciones que se extrae, de la lectura de este escrito de Manuel de los Reyes, sobre la pala mecánica y el terrero de lucha, en el Instituto Viera y Clavijo de La Laguna.
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Manuel de Los Reyes
10/4/2020 10:18:52 am
Gracias a mi hermano Celestino Celso y ánimo en sus trabajos, que estoy seguro pronto serán publicados. Ganará el Arte y Garafía sin duda alguna.
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Manuel de Los Reyes
10/4/2020 10:22:43 am
Gracias a mi hermano Celestino Celso y ánimo en sus trabajos que, estoy seguro, pronto serán publicados. Ganará el Arte y puede que Garafía también.
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chiara Salomone Menegatti
10/4/2020 11:10:23 pm
Querido Manolo, has conseguido sorprenderme y conmoverme. Es inevitable ,al hacerme revivir tan vivamente ese tiempo impetuoso de mi actividad docente: no se podía hacer otra cosa, por la edad que se tenía y con ese conjunto de personas todas comprometidas , cada cual a su manera y estilo, a afrontar con profesionalidad esa tarea tan difícil y ductil que es la nuestra. Y digo nuestra, porque imprime carácter...Accedíamos al aula con nuestro bagaje de conocimientos , pero sin que nadie nos dijera o preparara a como transmitirlos con éxito a los destinatarios, y tampoco sabíamos que no solo de conocimientos se trataba...había mucho mas que hacer ..Y eso, creo, fue bueno en cierto modo en el momento histórico a que te refieres. Porque cada cual dio lo mejor de sí, como tú muy bien has ilustrado en tu relato. Y de ello tuve la suerte de ser testigo y parte.. Tantos nombres de compañeros , amigos , con quienes , mas cerca o más lejos hemos tenido la suerte de coincidir! Gracias Manolo! Y estas son palabras de conceptos amplios, pero si algún día quieres alguna anécdota del Viera y Clavijo, ¡llámame! Al fin y al cabo fui la Jefe de Estudios de Día"...Un abrazo.
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Manpuel de Los Reyes Hernández Sánchez
11/4/2020 01:36:35 pm
Agradezco mucho tu comentario. Creo que se hace bien al dejar constancia del buen hacer de muchos profesores, aprovechando esta anécdota de la ¨Pala del ayuntamiento". Chiara ha sido, además de buen profesora, una excelente jefe de estudios, y ya que estamos hablando de lucha canaria, permite que diga que Chiara Salomone Menegatti ha sido una puntal en el equipo del instituto "Viera y Clavijo"..
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Juana González
13/4/2020 10:14:48 pm
¡Qué lectura tan amena de unos años tan fructíferos para la enseñanza, a pesar de que en esos momentos yo estaba en otro trabajo, si que me enorgullece el esfuerzo por sembrar el amor por nuestra lucha canaria, y nada mejor que desde dentro del sistema educativo!
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