Es conveniente hablar y escribir siempre con precisión si queremos comunicarnos con los demás y que se entienda lo que pretendemos decir, con las limitaciones que impone toda herramienta, instrumento o medio que utilicemos, con carácter general, sabiendo que, aun así, el mensaje casi siempre va a ser limitado. Esta limitación del común no alcanza a quienes, como Oswaldo Izquierdo Dorta, dominan la lengua y el arte de la literatura, en cuyo caso las palabras lo dicen todo y la realidad no se escapa en ninguna de sus dimensiones. Cuando esto ocurre, la fotografía es innecesaria y las frases son suficientes para ver y sentir el objeto descrito. Oswaldo ha conseguido y sigue consiguiendo con su prosa y su poesía transmitir con claridad y rigor lo que ha querido y quiere decir. Ese arte se logra cuando, en cada frase, nada sobra y nada falta, y entonces, celebrando tal precisión, las chácaras
“coquetean tus bocas con sabores de acebiño, moral y barbuzano, acunadas al son de unas manos que acompasan el toque de tambores.” Por eso, quienes no dominamos tal arte no debemos engañarnos, y, a veces, habrá que ser parco en las palabras o callar y, otras veces, habrá que hablar sin hablar, porque la mirada y el gesto lo dirán todo, pero sin que, en modo alguno, por miedo al yerro, dejemos pasar el momento adecuado para dejar constancia de hechos, que, de no reflejarse por escrito, la frágil memoria los dejará caer en el río Leteo que se los llevará para siempre. Viene todo esto a cuenta de que, por un lado, una persona que domina el verbo con gran maestría, que escribe con el máximo rigor y con el dominio del lenguaje y que logra captar la realidad en su apariencia y en su fondo, como he dicho, debe ser siempre escuchada y no solo oída, y, por otro lado, porque es necesario expresar la gratitud en público y no solo dar las gracias en privado, midiendo las palabras, pero no dejando atrás lo que considero justo. De acuerdo con este razonamiento, este es un buen momento para manifestar mi gratitud al catedrático de Latín, Rufino Riaño González, a los catedráticos de Lengua castellana y Literatura, Víctor Hugo García Henríquez y Oswaldo Izquierdo Dorta, especialmente, por resolver las dudas gramaticales que les he planteado al redactar mis informes en la inspección de educación y corregir aquel dictamen o escrito que escapaba a la actividad de la diaria rutina y necesitaba de una mejor presentación. Haber compartido con Oswaldo Izquierdo Dorta las tareas docentes en general y, particularmente, en el equipo directivo del entonces instituto masculino de La Laguna y ahora IES “Viera y Clavijo”, por los años setenta y ochenta del pasado siglo, siendo él vicesecretario y luego secretario y yo jefe de estudios con dos personalidades de la educación, como don Leoncio Afonso Pérez, director, y don Jorge Coderch Santonja, vicedirector, significó para mí un aprendizaje diario de la máxima calidad. Y por eso a todos ellos les considero profesores de mi aprendizaje. Oswaldo, maestro de maestros, sería designado director del centro, cuando me trasladé a la Consejería de Educación para desempeñar la jefatura del servicio jurídico con el gran consejero Luis Balbuena Castellano, que había sido profesor del centro “Viera y Clavijo” junto a Inés Márquez Rodríguez, Pedro Saavedra Santana, Pepín, Jacobo o Conrado, tres nombres para el mismo compañero, Fernando Cómez, Antonio Martinón, Fernando Martín Galán y mucho más, la mayoría de los cuales habían sido, eran o serían más tarde profesores de la Universidad de La Laguna. Pocas veces se da una conjunción de tal categoría académica en un instituto, marcando una época de oro en la enseñanza media en la ciudad de los Adelantados. Me es grato reconocer su influencia y manifestarles la consideración que les he tenido y tengo. Un periodo de estas características merecería por si solo la gratitud por la formación que recibí del compañero y amigo, pero la suerte, la suerte de la que siempre hablo o el buen hilar de las Parcas, propicia un nuevo encuentro en otros lares. En el camino de nuevo juntos, ahora en la inspección de educación, donde trabajamos muchos años hasta su jubilación en 2004. Allí en una grata labor de equipo yo continué con mi aprendizaje. Partido tras partido, día tras día, cada uno en su puesto, en el ejercicio profesional, yo seguí dedicando horas a la legislación escolar y cada compañero fue destacando en una parcela, pero con una coordinación fluida que entiendo permitía un mejor servicio, aprovechando el arte y oficio de cada uno. Reconociendo que, con Oswaldo, maestro del cálamo y el buril, se aprende desde las primeras palabras que inician la conversación, dicho lo dicho, ahora es el momento de los cuencos sonoros, y coger el timple, las chácaras, el tambor y la guitarra, para acabar estas líneas y viajar al pasado, recordando su jubilación y la laudatio que pude leer en reconocimiento a su larga y fructífera carrera docente y, al mismo tiempo, hacer un sencillo resumen de su labor como escritor, pues Oswaldo Izquierdo Dorta, jubilado y no jubilado, no ha caído en el oxímoron de la soledad sonora, sino que, a su modo y manera, sigue caminando, paso a paso, callado a veces, tocando y cantando, otras, con los amigos entrañables de la “Marañuela”, a los cuales englobo en los nombres del laureado maestro de la Música, Agustín Ramos, que, con una trompeta, ya hace años, empezó su “Santa Cruz en Carnaval”, y del entrañable compañero Ramón Prieto, el imbatible hombre de la guitarra y el canto; y, al mismo tiempo, escribiendo continuamente para sorprendernos, a cada rato, con una nueva obra y su publicación, ahora en La Gomera, en Hermigua, recordando Arure, en La Palma, en el antiguo Apurón o en la “Banda”, Los Llanos de Aridane, que tan buenos recuerdos le trae, y más que recuerdos, o en Tenerife, en la ciudad de los Adelantados, nuestra querida Laguna. En Las Hayas o en Agulo, en Mazo o en Tegueste, en S/C de Tenerife o La Laguna, podemos quedar, si no te importa, para con las viandas nutricias varias del escritor Fernando Cómez, el “Níspero” de Garafía, y los recuerdos de Luis y Antonio, Germán y Reverón, entre otros, corregir este texto, para que se noten tanto las faltas. OSWALDO IZQUIERDO DORTA - NOTAS BIOGRÁFICAS
Natural de Arure en La Gomera, Oswaldo vivió su infancia en Hermigua, asistiendo a la escuela con los maestros, a los que nadie como él ha sabido elogiar, para más tarde destacar como alumno en el centro creado y mantenido por el sacerdote francés Mario Lhermet Vallier, que se transformaría en uno de los primero Colegios Libre Adoptados de Canarias.
Oswaldo se traslada a La Laguna donde finalizará los estudios de Magisterio y obtendrá la Licenciatura en Filología Románica y Filología Hispánica, para más tarde alcanzar en máximo grado académico, Doctor en Filología Románica por la Universidad de La Laguna. Su ejercicio profesional se desarrolla, primero, en su querida isla de La Gomera, inseparable en el habla y en la escritura, y luego en la Palma, su otra isla, por múltiples razones entre las que no es baladí la de conocer a la que será su esposa, Roa Margot Triana Pérez, con la que tendrá cuatro hijos. Margarita, María Eugenia, Alexis y Héctor Izquierdo Triana. Al aprobar las oposiciones en Madrid de Agregado de Bachillerato, Oswaldo se traslada a La Laguna, al que será más tarde Instituto de Educación Secundaria, donde será vicesecretario, secretario y director en una época dorada para el centro por la conjunción de una excepcional plantilla de profesores, cuya categoría académica marcará la historia del instituto “Viera y Clavijo”. Oswaldo accede a la inspección en la convocatoria que se realiza el año 1986, al tiempo que también consigue la Cátedra de bachillerato, y después de una breve estancia en tierras peninsulares se traslada a Arrecife, realizando la labor inspectora en la isla de Lanzarote hasta que vuelve nuevamente a la isla de Tenerife, donde desarrollará el trabajo de inspector de educación en diversos centros docentes de la isla, ejerciendo, por otra parte, como profesor de la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Oswaldo se jubila y no se jubila en 2004, porque con un horario más flexible empieza a multiplicar sus libros, escribiendo sobre diversos temas, sobre todo en Literatura e Historia, siendo citado en la Historia de la Literatura Española, dirigida, en su momento, por el que también fuera Catedrático de Bachillerato, Víctor García de La Concha. A su labor de escritor, conferenciante, añade la actividad musical y él se debe, en gran manera, la creación y mantenimiento del grupo “Flor de la Marañuela”, que empieza a contar sus encuentros por décadas y no solo por años y eso lo dice todo, pues el mérito principal no suele estar en empezar, sino en continuar. Los nombres del laureado Agustín Ramos, Benigno y Ramón Prieto; Miguel Ángel, Juan y Fernando; Pepe del Toro, Ángel y Blas; Antonio, Lorenzo y Javier; Manolo, Víctor y Lalo, Juan, Jaime y Domingo, Adolfo, Daniel y Marino y otros muchos, son testigos de sus acertadas palabras en las intervenciones a las que está obligado por ser el maestro de ceremonias proclamado en su día. Sus intervenciones medidas, siguiendo la máxima del estagirita, “soy esclavo de mis palabras y dueño de mi silencio” son clave para entender sus sonoras palabras cuando habla y cuando calla. Entre sus numerosas obras cabe destacar: “Raíces narrativas del 98. De Pérez Galdós a Martín Ruiz”. “Estudio del proceso de creación en el manuscrito del cuento ¿Dónde está mi cabeza”? “Los sueños en los cuentos de Galdós”. “Análisis de la Mula y el Buey (cuento de Navidad). “Ocho Cuentos de Galdós”, publicada por el Cabildo de Gran Canaria, Sociedad de Estudios Galdosianos y la Consejería de Educación, 1988. “Cuentos de Galdós, obra completa”, publicado por el Cabildo de Gran Canaria y el Centro de la Cultura Popular Canaria, 1994. “Antología Poética de La Laguna 1497-1997, preparada por Sebastián de la Nuez Caballero, publicada por la Real Sociedad de Amigos del País de Tenerife, 1999. “Cuentos de Galdós, obra completa II”, publicado por el Gobierno de Canarias y el Centro de la Cultura Popular Canaria, 2008. “Cuencos Sonoros”, 2010 “La inmediata lejanía”, 2016. “La Sanidad en el Valle de Aridane”, 2018. “La enseñanza secundaria en El Hierro (1942-1976). “Los estudios de bachillerato en La Palma”, Enseñanza libre y colegiada (1930/1980), 2014. “Razono y Calculo N 6”. “La fundación Muñoz y la Academia Lavers, 30 años de historia”, 2012." Ha impartido conferencias o participado en obras colectivas en: Casa Salazar en S/C de La Palma. Ayuntamiento de Icod de Los Vinos, 1994. La Alhóndiga en Tacoronte, 1998. Ayuntamiento de La Laguna. Librería Lemus en La Laguna. Centro de la Cultura Popular Canaria, La Laguna. Orfeón “La Paz”, La Laguna. Real Sociedad Económica de Amigos del País en La Laguna, 1999. Aula Magna de la Universidad de La Laguna, en La Laboral. Feria del Libro de S/C de Tenerife. Periódico El Día, S/C de Tenerife. La Casa de Canarias en Madrid. IES “Eusebio Barreto”, IES “Viera y Clavijo”, IES “Canarias Cabrera Pinto” en el 160 Aniversario, IES “El Chapatal”, IES “La Laboral”, colegios “Virgen del Mar”, Luther King, en su XXV Aniversario en 1997 y “Casa Azul”, etc. Ha realizado Comunicaciones en Congresos nacionales como internacionales: Congresos Internacionales Galdosianos de 1985, 1988, 1993 y 1997, como en el VI Congreso “Diálogo Fe-Cultura” en 1998. Ha publicado numerosos artículos, entre los que destaca la colección: “Aquellos Maestros Nacionales”, 2001/2003. Ha sido colaborador de los periódicos El Día /Archipiélago literario), Diario de Avisos (Ateneo) y el Mundo (La Gaceta de Canarias), de las revistas Arquero, Nosotros, Gánigo, Aguayro y Educación Canaria Ha obtenido los premios: “Odas instrumentales”, primer premio del concurso “Emeterio Gutiérrez Albelo”, del Ayuntamiento de Icod de los Vinos, 1993. “Coplas Canarias”, primer premio del concurso “Alhóndiga de Tacoronte” en los años 1992 y 1993. Orillas del Olvido”, primer premio de narrativa breve “Leandro Perdomo” del Ayuntamiento de Teguise, publicado por dicho ayuntamiento y el Centro de la Cultura Popular Canaria, 1994. Premio de investigación histórica “Antonio Rumeu de Armas” con la “Academia de Hermigua”, en su XXXVIII edición.
5 Comentarios
Juan Gómez Hernanadez
13/4/2020 05:43:18 pm
Un trabajo excelente Gracias
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Manuel de Los Reyes
13/4/2020 10:33:35 pm
Tenemos un grupo excepcional, porque sus componentes son personas de primera categoría.
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Manuel de Los Reyes
14/4/2020 01:59:14 pm
Gracias por tus palabras
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Juana
13/4/2020 09:54:19 pm
¡Muchas gracias por darme a conocer una persona con una trayectoria vital tan interesante, cultural y pedagógicamente hablando!
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Manuel de Los Reyes
13/4/2020 10:43:07 pm
Tu eres de las personas que saben valorar la calidad de la obra bien hecha. Cuando leas los poemas de Oswaldo te quedarás asombrada.
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