Volcán, ceniza y lava. Sentimientos de pena, dolor y desgarro siguen presentes ante la tragedia, causada por la erupción del volcán de Cumbre Vieja en La Palma, marcando la más amplia tristeza de los últimos tiempos en la isla. Silencios elocuentes, miradas perdidas y palabras entrecortadas se mezclan en los emocionados encuentros o en las comunicaciones que de todas partes llegan. Pero, frente al difícil consuelo, ha surgido una ola de solidaridad en toda Canarias, que se ha extendido al resto del país, como yo nunca había conocido. Esa solidaridad amplia, profunda y compartida será esencial para evitar la derrota de quienes han perdido casi todo y cualesquiera otros afectados, para continuar la lucha y renacer con fuerza, mirando al futuro, con las palabras mágicas del gran poeta gomero, la esperanza nos mantiene. En este marco, ante la magnitud de los daños ocasionados, no sobra la aportación de ideas de los ciudadanos para su examen por los técnicos dependientes de los diversos responsables políticos. En ese plano se inscribe esta modesta reflexión en la que nada se pierde si no fuere apropiada o considerada, análisis derivado de la sana crítica a las actuaciones habidas y lo que considero confusión de momentos que pueden suponer una importante pérdida de energía, porque equivocar los momentos implica desacierto y añadir desengaño al desastre natural. Este es el momento de la seguridad de los ciudadanos afectados por la erupción volcánica, de la atención vital de las personas, de la escucha y del aliento. Este es el momento de la solidaridad, de la ayuda desinteresada y del control riguroso de la misma, para que llegue directa e íntegramente a quienes la necesitan. Es fundamental aprender las lecciones del pasado, evitando cualquier desviación de recursos de su destino prioritario, como la contratación extraordinaria de personal para su acceso a puestos de la Administración por vías torticeras, hecho ocurrido en 1981, para atender la burocracia derivada de las enfermedades ocasionadas por el aceite de colza adulterado, en detrimento de las personas damnificadas. No caben ahora actuaciones que impliquen desaprovechar la generosa aportación del voluntariado. Este es el momento de las parcas palabras de la autoridad y del protagonismo de los vulcanólogos, geólogos y demás científicos. Este es el momento del apoyo y reconocimiento continuo a cuantos trabajan en vanguardia para el bien general con los drones vigilantes, con las distintas mediciones del dióxido de azufre y otros gases, con el examen de los piroclastos, actuando con prudencia, pero sin miedo ante la lava, las enormes columnas de humo, la ceniza y el tremendo rugir del volcán. Este no es el momento del espectáculo, de las maravillas naturales ni de la oferta turística, más allá de la necesaria para quienes puedan venir a la isla movidos por razones de conocimiento o estudio, pero sí puede ser el momento de la rigurosa y discreta planificación de múltiples actuaciones para un futuro que deseamos próximo, tan pronto las circunstancias las hagan posibles. Sin dilación, pero sin precipitaciones controvertidas, serán imprescindibles las políticas de fomento con altas miras en el turismo de modo que el enorme daño del volcán con una naturaleza transformada de paso a una etapa floreciente en la llegada de visitantes; pero todo en su momento. Este no es el momento de la complacencia. Este es el mejor momento para hablar claro sin obviar nunca la debida madurez de los ciudadanos, apelando al esfuerzo, el sacrificio y la voluntad de progreso que nuestros palmeros mayores han demostrado con creces. Este es el momento del dolor, de la lucha, de la fortaleza y de la esperanza. Ante la intensidad de la catástrofe, este es el momento de la verdad. La confusión del momento inicial, resaltando lo espectacular y maravilloso, realizando alegres declaraciones con desplazamientos de locutores de las diversas cadenas de radio y televisión, ha hecho más daño que bien. En algunos casos, los lamentables errores informativos, hablando de palmenses, añadiendo a Canarias la isla de Formentera o inventado un nuevo pueblo “El Mazo” poco beneficio han aportado, y ninguno cuando el morbo se convirtió en protagonista. No obstante, es de justicia reconocer que a ese mal momento le ha sucedido otro en el que periodistas cualificados, actuando con mucho rigor, se han impuesto con gran seriedad en la información. En el plano de la actuación pública, más allá de determinados desaciertos iniciales y de algún protagonismo con declaraciones que eran más propias de los técnicos, los distintos cargos y responsables de las fuerzas políticas han actuado coordinadamente, con loable dedicación, en general y, en algunos casos, con la más abnegada entrega. La rápida respuesta y presencia de autoridades de máximo rango han puesto de manifiesto que los palmeros no estamos solos ni abandonados. Palabras de aliento y apoyo reconfortantes en el momento oportuno. Pronto podremos comprobar si las promesas de ayuda se convierten en realidades observables por todos. Sería un atrevimiento, por mi parte, realizar cualquier propuesta fundada ante eficientes expertos en los distintos campos con los que cuenta la autoridad para adoptar las mejores decisiones. Ahora bien, como se ha dicho más arriba, no parece un despropósito aportar ideas y sugerencias para su consideración por quienes estudien las medidas apropiadas que permitan el desarrollo de la isla y, al mismo tiempo, que se hagan observaciones, cargadas de experiencia, que puedan ser de provecho. Es indudable que se impone, en primer lugar, la construcción o arrendamiento de viviendas para los afectados, y la realización de obras de infraestructuras en las inmediaciones de la colada lávica que ha borrado del mapa pueblos y caseríos como El Paraíso o Todoque, en Los Llanos de Aridane. Pero, tras ese primer momento de actuaciones urgentes, La Palma no podrá resurgir, en corto o medio plazo, sin planes especiales con grandes inversiones que consideren toda la isla, porque se trata de un territorio pequeño y porque es imprescindible corregir el error de mantener una división como si se tratara de dos islas con un eje central desarrollado, contrapuesto al resto, desaprovechando abundantes recursos. Este es el momento de grandes obras en La Palma, de obras pendientes que han ido quedando relegadas o descartadas y que son fundamentales para le recuperación económica que se impone sino se quiere perder el tren del desarrollo. Es el momento de la altura de miras, de superar discrepancias del pasado reciente, este es el momento de escuchar a las personas cualificadas que vienen aportando ideas y realizando propuestas y de no silenciar voces como la del destacado ingeniero de caminos, canales y puertos, Carlos Soler Liceras, con sus proyectos para obtener agua del acuífero, profundizando la perforación del “Túnel del Trasvase” y de determinadas galerías, en la isla con más recursos hídricos del Archipiélago. Es imprescindible en una sociedad avanzada despejar cualquier duda sobre la prevalencia de determinadas posiciones, apoyadas en grupos de gran poder económico que frenen el desarrollo frente al interés general. Este no es el momento para la polémica ni para que se ahonden las divisiones sociales o se ocasionen perjuicios a determinados sectores, pero si puede ser el momento para que se busque el beneficio común, porque ganando La Palma, el provecho llegará a todos. Este es el momento de retomar la carretera de circunvalación, porque la conectividad interior es un bien aún mayor en un territorio reducido. Sin vías de comunicación y transporte rápido poco avance se podrá lograr. La conectividad exterior de la isla de La Palma ha venido teniendo graves carencias, algunas de las cuales se han corregido no hace mucho tiempo. La carretera general de circunvalación sigue siendo una asignatura pendiente como ha destacado mi hermano Gonzalo Hernández Sánchez en “La Isla Amputada”. Es un error considerar que una obra de estas características, planificada hace décadas, y que no parece tener feliz término, en un proyecto abandonado, beneficiaría solo a la superficie geográfica más alejada de la capital, Santa Cruz de La Palma. La isla debe operar como un todo armónico, logrando con ello que el aprovechamiento general repercuta en cada lugar, y que la zona directa e indirectamente afectada por la lava siga siendo el motor económico, con mayor fortaleza si cabe. Se cometería un error muy grave si se produce el deseado resurgir económico de la isla, impulsado por la generosa ayuda de tanta gente y por las inversiones del Gobierno de Canarias y el Gobierno de España, y el beneficio no alcanzase a todos, y especialmente a quienes más lo necesitan. La Palma no puede responder con una bofetada a la ola de solidaridad nacional. Este no es el momento del enfrentamiento de intereses, pero sí es, y siempre debe serlo, el momento de estar alerta y vigilante velando por las acertadas inversiones que se realicen con la guía del bien común, para que, en modo alguno, aumenten las desigualdades en los habitantes de la isla. No confundamos los momentos, porque el momento oportuno es fundamental. En el momento de la seguridad y de la protección de las personas, de la reparación de las infraestructuras dañadas, y de las nuevas obras de desarrollo que deseamos, se impone la palabra gratitud. En este momento de unión y de unidad es un deber para todo palmero de bien dar las gracias a cuanta gente ha proyectado su solidaridad con la isla del corazón. Con la emoción contenida estos días, ante la mayor ola de solidaridad sentida en estos lares, me gustaría que estas líneas, impelidas por un irresistible imperativo categórico, llevaran la mejor expresión de gratitud posible, como respuesta al desbordante cariño que se percibe por la mera condición de ser natural de la bella tierra de Benahoare. Manuel de los Reyes Hernández Sánchez, 11 de octubre de 2021.
7 Comentarios
Aurelio Santana
13/10/2021 07:28:27 pm
Gracias Manolo, una vez más, por tu aportación de sensatez, pero también marcando el camino que se ha de tomar en esta nueva situación.
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Juana
13/10/2021 08:02:36 pm
¡Muy buen mensaje, que pone de manifiesto el conocimiento de una isla que te vio nacer!
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J. A. R. M.
13/10/2021 10:54:18 pm
Me ha encantado este texto reflexivo y lleno de humanidad y afán de servicio para nuestro pueblo.
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Jerónimo
14/10/2021 06:32:29 pm
Animar a todos/as a poner con mente fría en manos de los que necesitan fuerza y comprensión. Canarias no fallará. Un abrazo
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Pedro miguel
14/10/2021 10:55:16 pm
Sabias palabras.
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M.Carmen Dguez
15/10/2021 05:41:01 pm
Delicioso texto e importantes reflexiones
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Javier Bello
16/10/2021 06:51:32 pm
Muy bien profesor! Usted siempre en su línea. La verdad y la claridad por delante
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